El Informe “Estado del sistema humanitario”, que se realiza cada tres años, ofrece una fotografía completa de la dimensión, forma y eficiencia de la acción humanitaria. Más de 350 evaluaciones, 340 entrevistas, 1.270 encuestas a profesionales humanitarios y destinatarios de la ayuda y cuatro estudios de caso en profundidad han alimentado el análisis de la edición de 2015 (tercera edición). Entre 2012 y 2015, periodo que abarca el informe, el mundo ha presenciado las guerras en Siria, Irak, Sudán del Sur y República Centroafricana, el tifón Haiyan en Filipinas y el brote de ébola en África occidental… un escenario de necesidades sin precedentes que ha puesto en relieve las principales limitaciones de la configuración actual de nuestro sistema humanitaria. “El tamaño del Sistema humanitario internacional es más grande que nunca en términos de recursos humanos y financieros (en 2014 lo componían 4480 organizaciones y un gasto de 20.000 millones de dólares) pero no logra satisfacer la demanda mundial de asistencia humanitaria. Los impedimentos políticos y de seguridad en los grandes conflictos ensombrecen los éxitos de la ayuda en otros escenarios más relacionados con los desastres naturales. Cabe plantearse si el diseño actual ha llegado a su límite y es necesario reconfigurar el sistema para ampliar su escala”, aseguraba John Mitchell. “La diversidad de instituciones en el ámbito humanitario es muy grande y el peso de los actores locales es cada vez mayor. Esto debe ser reconocido por las organizaciones internacionales y las redes de ONG que deberán adaptar sus modos de actuación de cara al futuro”, apuntaba el director del IECAH, Francisco Rey. “No hace falta solo más dinero para mejorar la respuesta a las crisis humanas. Necesitamos, además de más dinero, que la financiación sea más flexible, y que el sistema adapte permanentemente su forma de trabajar ante un mundo más volátil y complejo. A partir de unos principios humanitarios claros y vigentes tenemos que incorporar nuevos actores que aporten su valor añadido (p.ej. capacidad tecnológica, operativa, aceptación por los actores locales en zonas de crisis), nuevas tecnologías (sistemas de gestión de información, de gestión energética, logística) y nuevos enfoques (como los programas de ayuda monetaria o alianzas entre actores locales e internacionales)” aseguró Manuel Sánchez-Montero, Director de Incidencia y Relaciones Institucionales de Acción contra el Hambre. Por su parte, Pedro Villena, Director General de Casa Árabe, anfitrión del encuentro, puso en relieve el protagonismo creciente de las organizaciones locales y de los organismos árabes en la prestación de ayuda: “el conocimiento del terreno y de las redes asociativas locales son un factor clave para acceder a la población in situ y poder cubrir sus necesidades reales”. Tras la presentación y debate entre las organizaciones humanitarias, se celebró en las instalaciones de Casa Árabe una sesión de trabajo con representantes de los grupos parlamentarios que aceptaron muy amablemente la invitación: PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos e IU.